En ocasiones se piensa que la creatividad es algo que nos sacará de la crisis, también de la del cine. En pleno apogeo de la Ley Sinde y demás leyes en contra de la descarga gratuita de películas, el cine ha tenido que luchar. Como bien dijo Alex de la Iglesia en la entrega de los Premios Goya del año pasado, la industria cinematográfica debe trabajar por ofrecer novedades y hacer uso de las nuevas tecnologías para que el público vuelva a las salas de cine. Directores como James Cameron apuestan por ello y ofrecen a los espectadores los últimos avances gracias a presupuestos astronómicos. Pero el éxito no solo es esto, sobre todo radica en ofrecer 'la novedad'.
Esta novedad puede darse de diferentes formas: se puede volver al pasado, inspirarse y hacer una nueva película -como ocurrió con la exitosa The Artist- o simplemente podemos coger un filme que fue un taquillazo y hacer un remake con actores actuales y haciendo uso de la última tecnología. Aprovechando la celebración del centenario del hundimiento del Titanic, han querido rizar el rizo y han hecho una versión en 3D de la que ya fue una versión de otras muchas películas que retrataron el terrible suceso.
Esta novedad puede darse de diferentes formas: se puede volver al pasado, inspirarse y hacer una nueva película -como ocurrió con la exitosa The Artist- o simplemente podemos coger un filme que fue un taquillazo y hacer un remake con actores actuales y haciendo uso de la última tecnología. Aprovechando la celebración del centenario del hundimiento del Titanic, han querido rizar el rizo y han hecho una versión en 3D de la que ya fue una versión de otras muchas películas que retrataron el terrible suceso.
Pero esta tendencia no es nueva, se han realizado hasta 4051 remakes desde 1900, año en que se data la primera 'copia'. Por lo general se parte de películas europeas de cierto atractivo y se realiza su adaptación americana guardando su trama con la mayor precisión posible. Como sucedió con El hombre que no amaba a las mujeres, basado en el Best Seller de Stieg Larsson, que la dotaron de nuevos efectos y estrellas hollywoodienses.
Muchas de las películas que consideramos nuestras favoritas o grandes clásicos del cine resultan ser remakes 'secretos'. ¿Acaso alguno sabía que Con faldas y a lo loco (Billy Wilder, 1959) es la versión americana de la alemana Fanfaren der Liebe (Kurt Hoffman, 1951)? Siempre pensamos que aquella gran comedia de Marilyn Monroe fue la primera.
Muchas de las películas que consideramos nuestras favoritas o grandes clásicos del cine resultan ser remakes 'secretos'. ¿Acaso alguno sabía que Con faldas y a lo loco (Billy Wilder, 1959) es la versión americana de la alemana Fanfaren der Liebe (Kurt Hoffman, 1951)? Siempre pensamos que aquella gran comedia de Marilyn Monroe fue la primera.
Si nos centramos en el cine negro, podemos averiguar que algunos de los filmes más famosos también cayeron en esta técnica. Scarface (Brian de Palma, 1983) fue en realidad una revisión de la que hizo Howard Hawks en 1932. Y en Infiltrados de Martin Scorsese (2006) consigue mejorar la idea original de Lau Wai-keung y Alan Mak (2002) con un reparto que incluye a los más famosos actores de Hollywood.
Pero debemos fijarnos en las diferentes épocas en las que se han rodado ambas películas (versión primera y remake) y los recursos con los que se contaban. El clásico King Kong resultó un éxito en 1933 con la versión de C.Cooper y Ernest B.Schoedsack, y en 2005 con la revisión de Peter Jackson. Ambas fueron creadas para ser taquillazos y las dos lo lograron en sus respectivas fechas.
Si bien es cierto que alguno de estos remakes logran superar las expectativas del espectador, otras no aportan nada nuevo y minimizan la obra original. Si nos centramos en el cine nacional, veremos dos claros ejemplos de esta afirmación: Abre los ojos de Amenábar pasó a ser Vanilla Sky, protagonizada y producida por Tom Cruise, que despertó las críticas de los expertos. Al igual que con la taquillera REC de Jaume Balagueró y Paco Plaza, que en su versión americana pasó a ser Quarantine de John Eirick Dowdle, tan solo un año después.
Mientras nos enfrentamos al hecho de que puede que todo sea una gran espiral y que como las modas, el cine es cíclico, es mejor continuar pensando que aún se nos pueden presentar grandes filmes con nuevas historias. Y ¿quién sabe? Puede que en un futuro se conviertan en 'carne de remake'.
Mientras nos enfrentamos al hecho de que puede que todo sea una gran espiral y que como las modas, el cine es cíclico, es mejor continuar pensando que aún se nos pueden presentar grandes filmes con nuevas historias. Y ¿quién sabe? Puede que en un futuro se conviertan en 'carne de remake'.
De momento planteemos la siguiente cuestión: ¿Son estas nuevas versiones una buena forma de hacer cine?
Janire Martínez Gregorio
Periodismo
Me ha sorprendido saber que "Con faldas y a lo loco" no es original, la verdad es que hay muchos secretos escondidos en el mundo del cine. Es cierto que han existido muchos remakes a lo largo de la historia, es una buena manera de aprovechar una buena película y hacerla con mejores medios, ya que el mundo de le tecnología evoluciona a pasos agigantados, aunque la mayoría de las veces, en mi opinión, se suele perder el encanto de la película original.
ResponEliminaLucía Nogueira García
Pues yo tengo que decir que no hay nada como la primera versión. Bien es cierto que se llevan hechos muchos remakes a lo largo de la historia pero estoy con Lucía Nogueira en que se suele perder el encanto del trabajo original. El caso más reciente, el de Titanic en 3D, me parece inncesaria esta nueva versión y una pérdida de tiempo y dinero (igual dinero no, ya ser verán los datos).
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