¿David Lynch? Lo típico:
unos lo aman y otros lo odian. Personalmente sus películas menos lynchianas me fascinan. Especialmente The Elephant Man y The Straight Story. Sus obras más personales no me entusiasman
tanto, no acabo de conectar con ese mundo interior que tan bien plasma en sus
películas. Estas últimas son películas más sensoriales que narrativas; pueden
provocar muchísimas sensaciones al espectador, excepto indiferencia.
A principios de la
asignatura se le nombró como un ejemplo de cineasta conocido que ha heredado
algunas características del cine de vanguardia. Es común asociar su obra al
cine surrealista de los años veinte. Lynch no hace ascos a escuchar su
subconsciente a la hora de escribir los guiones, que no se caracterizan
precisamente por racionales y lógicos. También gusta de improvisar y variar el
guión a lo largo del rodaje. El resultado de estas prácticas ayuda a crear un
universo único, tortuoso y agobiante.
Creo que la filmografía de
David Lynch podría dividirse en tres partes diferenciadas. Por un lado están
sus películas más experimentales, en las que podemos observar la búsqueda de su
yo oculto, manifestado en un lenguaje
intrínseco y críptico (tanto a nivel narrativo como estético). Por el otro, sus
películas de corte clásico, que son minoría. Para acabar, están las películas
que se encuentran en un punto intermedio de ambos extremos. En este tercer
grupo encontraríamos Blue Velvet (Terciopelo
Azul), película en la que me voy a centrar.
Después de su atrevida ópera
prima Eraserhead (en la que tuvo
total autoría), David Lynch saltó a los grandes estudios para dirigir las
superproducciones The Elephant Man y Dune. Esta experiencia le hizo conocer
de primera mano las terribles consecuencias que tenían los criterios
comerciales de la productora sobre sus películas. Es por eso que, a partir de Blue Velvet, decidió optar por crear
una película menor a favor de tener
la última palabra sobre el producto final. Elección que marcaría el resto de su
carrera como cineasta.
Blue
Velvet fue su cuarta película y se estrenó en 1986. En contra
de las expectativas, tuvo un notable éxito en taquilla además de despertar
bastante polémica entre el público más conservador. Todo esto no hizo más que
aportar respecto y popularidad a un emergente David Lynch quien, con el estreno
de la película, fue nominado a un Oscar
al mejor director.
A grandes rasgos, ¿cuál es
el argumento de la película? Un joven inocente se encuentra una oreja amputada
mientras camina. A partir de entonces, víctima de su curiosidad, se adentrará en
una compleja trama de crímenes, personajes excéntricos y peligrosos, sexo
perverso, masoquismo, etc.
Generalizando, las películas
de David Lynch no se caracterizan por ser cine de género. Blue Velvet no es la excepción: es una película que bebe y se nutre
de distintos géneros cinematográficos, formando así un curioso collage de estilos. La película contiene
elementos propios del cine negro o noir,
del cine erótico, del thriller, del
cine de suspense y terror, así como también del drama.
Partiendo de los contenidos
dados en clase creo que se podría asociar, tanto esta película como el resto de
la obra del director, al concepto de cine posmoderno. No sólo por la
hibridez estilística que he expuesto en el párrafo anterior, sino porque comparte una serie de características
propias de la posmodernidad. Para empezar, Blue
Velvet posee una marcada estética kitsch (que vería su cumbre en Wild at Heart). La ambientación de la
película tiene un innegable aire nostálgico que evoca a los años cincuenta de una América, en apariencia, de ensueño (fachada que se desmorona al irse
sucediendo los minutos).
A pesar de que Blue Velvet hace uso de una narrativa
continua y lineal, la última etapa del director huye de estos patrones a favor
de estructuras laberínticas, fragmentarias y discontinuas. Esto no hace más que
justificar la analogía entre el cine de David Lynch y el posmodernismo.
Me gustaría analizar la secuencia introductoria del film, porque creo que define a la perfección el resto de la
película. La cámara nos muestra la típica urbanización americana, a las afueras
de la ciudad. Observamos un despejado y azulado cielo casi hiperrealista, jardines particulares llenos de vida rodeados por vallas de un blanco inmaculado.
Se respira una paz y tranquilidad que en pocos lados podríamos hallar. Inmediatamente
este sentimiento llega a su fin, pero no el naturalismo mostrado hasta entonces,
cuando uno de los vecinos cae desmayado o muerto mientras riega. La cámara se
acerca poco a poco a un césped verdísimo, hasta enseñarnos los repugnantes
insectos que esconde el colorido manto de yerba.
Son esos contrastes los que
ama David Lynch. Ama hacer convivir dos polos que, en principio, son
radicalmente opuestos. Poco a poco la línea que separa esos dos extremos va
cayendo, se desmenuza hasta el punto en que la frontera se vuelve difusa. Los
dos polos empiezan a alimentarse el uno del otro. En Blue Velvet vemos cómo un chaval inocente se adentra en una
realidad mórbida y oscura de la que hasta entonces nunca había sido testigo.
Realidad de la que no saldrá tal y como entró.
Por las razones expuestas,
creo que Blue Velvet ha definido gran
parte del imaginario y los personajes que Lynch dará vida en sus próximas películas.
Posiblemente es su largometraje más conseguido y de mayor éxito en taquilla
hasta la actualidad. Blue Velvet supone
la perfecta síntesis entre las obsesiones estéticas y temáticas de David Lynch con
las exigencias narrativas tradicionales.
Entrada escrita por Pablo Carlosena Palau (Grado en Comunicación Audiovisual).
Entrada escrita por Pablo Carlosena Palau (Grado en Comunicación Audiovisual).
Hola Pablo,
ResponEliminaMe ha llamado mucho la atención, no pensé que vería un post de David Lynch.
La verdad es que se trata de un hombre realmente complejo, en todas sus facetas.
A mi parecer, a Lynch le fascinan los entresijos de los puebluchos y suburbios de las ciudades americanas (recordamos que en Lost Highway trata de los Ángeles.) Pero en este caso, Blue Velvet está ambientada en una pequeña localidad.
Has dicho todo lo que se me ocurriría decir sobre Blue Velvet. Se trata de un film especial, sin duda, ya que Lynch adapta lo que otrohora fue el cine independiente y lo traslada a los años 80, insuflándole una ola de vitalidad a los amantes de las obras producidas en el extradario de Hollywood.
Parece ser que a Lynch no le gusta cambiar con mucha frequencia los personajes que lo rodean. Actores, productores, técnicos... Son prácticamente los mismos; destacando la figura de Angelo Badalamenti, que puso la música en la mayoría de largometrages de Lynch. Precisamente en el film que nos ocupa, Blue Velvet, fue dónde empezó la simbiosis que los unió incluso fuera del cine, quando Lynch probó suerte con "Rabbits" una serie de ocho capítulos, donde Badalamenti prestó sus servicios una vez más.
Gracias por este análisi tan necesario, Pablo.
Oriol, ya que veo que te interesa y te gusta Badalamenti, te paso este vídeo. Es una pijada, pero es bonito. Es sobre cómo se compuso la banda sonora de Twin Peaks. Supongo que la conocerás:
Eliminahttp://www.youtube.com/watch?v=SwvSFOEfHJE
(Está subtitulado en castellano)