Tiempos modernos (Modern Times) es una película realizada en EEUU en
1936, dirigida y protagonizada por el célebre actor Charles Chaplin. Narra las
desventuras del obrero Charlot, que trabaja en una fábrica en la cual las tareas son mecánicas y cada quien tiene una
función específica, de manera que un solo fallo desencadena el malogro del
resto de la producción. Su trabajo consiste en atornillar y martillear, motivo
por el cual termina perdiendo la razón, y empieza a atacar
a la gente con una llave inglesa, intentando enroscar todo lo que le rodea,
exhausto por la monotonía y el frenético ritmo de la cadena de montaje. Es
internado en un hospital y, tras salir de él, se ve involucrado accidentalmente
en una manifestación y es encarcelado al ser confundido con un líder comunista,
acusado de ser el instigador de la revuelta. La falta de trabajo lleva a la
desesperación, a cometer actos delictivos que en otras circunstancias no se
llevarían a cabo. Una vez libre, reemprende la lucha por la supervivencia junto
a una joven huérfana con la que compartirá su sueño por una vida mejor y más
feliz, representada por un hogar estable.
Entre los actores que aparecen merece
mención Paulette Godard, compañera
idónea de Chaplin, con el que se casó en secreto y participó en otra de las
película maestras del director, “El Gran
Dictador”.
Como es habitual en el cine del autor,
entre los dos personajes hay una relación de fuerte amistad que asciende a amor.
Aunque por separado Charlot protagoniza momentos cómicos y la chica las
situaciones dramáticas, una vez juntos predominará la diversión (escena del
baile de patines en el centro comercial, su amanecer entre varias prendas de
ropa…) y la esperanza que él le ofrece a ella.
El primer subtítulo de la
película rezaba: "Tiempos modernos
es una historia sobre la empresa, la iniciativa individual y la búsqueda de la
felicidad".
Este largometraje se
enmarca dentro de la COMEDIA, el género más importante en la filmografía de
Chaplin ya que siempre trata los problemas a través de ella; aunque también
tiene algo de romanticismo y de drama, nos hayamos ante una obra en la cual la
tristeza es opacada por lo cómico.
Con ingenio, una gran ocurrencia para crear situaciones cómicas y una profunda
sensibilidad, en sus más de 90 películas ha mostrado las pequeñas y grandes
catástrofes de la vida cotidiana. También podría definirse como una crítica
social de la época (la Gran Depresión), por el retrato que hace el director de
la sociedad del momento. Por lo tanto, con el tratamiento trágico-cómico que
impera, no sólo presenciamos un espejo de la vida de los años 30, sino también
la ideología de un autor comprometido con el mundo que le rodeaba.
"La
vida es una tragedia si se contempla de cerca, pero una comedia si se contempla
desde cierta distancia y en un plano más general de conjunto" - Charles Chaplin.
La primera escena es reveladora, pues
en ella aparece un rebaño de ovejas, lo cual es una metáfora (propia del cine
mudo, para decirnos algo sin necesidad de explicarlo con palabras). El rebaño
es comparable con los trabajadores de una fábrica, ya que salen todos juntos como
robots en dirección a su puesto de trabajo, marcan la hora de ingreso y salida;
todo el tiempo está calculado, no se permite la holgazanería. Esto hace ver al
ser humano como un animal que lo único que hace es obedecer órdenes para el
beneficio de otros. El capitalista, por su lado, pasa el tiempo sentado y
tranquilo en su oficina, haciendo puzles, leyendo el periódico y supervisándolo
todo a través de una pantalla. Es el ‘’pastor’’, el que lo controla todo con el
simple gesto de presionar la alarma, pidiendo que la velocidad aumente y
exigiendo continuamente más trabajo.
De esta forma, en la película se
muestra la organización del trabajo durante la época llamada Segunda Revolución Industrial (fordismo
y taylorismo) y refleja las consecuencias que se derivan: la Gran Depresión, causada por la crisis mundial que provocó el crack
del 29, año en el que se hundió la bolsa de Nueva York. Las diferencias
sociales aumentaron, afectando sobretodo a las capas más bajas de la sociedad (campesinos,
obreros y empleados). Las condiciones de vida eran lamentables y los derechos
prácticamente inexistentes. Y estos sucesos desencadenaron una grave crisis
social; en la población se palpaba un clima de miedo, desolación e
incertidumbre. No había trabajo y el que tenía la suerte de tenerlo era en
condiciones infrahumanas (con explotación, exceso de responsabilidad, sin
prevención de riesgos laborales, con jornadas de hasta 16 horas diarias, etc).
Así pues, Tiempos Modernos es una
fuerte crítica del capitalismo desarrollado en los años posteriores, la
mecanización de la industria y cómo ello conlleva la deshumanización del ser
humano.
El hombre pasa a ser una pieza más de
la máquina y esto queda ejemplificado cuando Chaplin cae en ésta; lo importante
no era lo que le haya ocurrido, ni lo que pensaba, sino que el fin era producir
y generar ganancias. Con la introducción de la máquina el hombre queda
subordinado a ésta sin importar si funciona bien o mal, como ocurrió con el
aparato alimentador (con el cual el obrero no tenía que parar de trabajar para
comer), algo que interesa mucho a los empresarios pues eso conlleva incremento
de la producción. Así, sin la necesidad de pensar y regido por el tiempo, su
alimentación era más mecánica que la misma máquina, una anulación de su libertad,
creatividad y personalidad, alienándolo completamente a ella.
Frente a la miseria de los trabajadores,
la película también refleja el confort e incluso la riqueza de otras clases
sociales. Por
ello, en aquellos tiempos tan difíciles, los cineastas optaron por fortalecer y
promocionar un cine escapista que inspirara un poco de optimismo dentro de la
actitud decadente y el negativismo generalizados.
Desde el punto de vista técnico
destacan los decorados de las primeras secuencias, en la fábrica, y la escena
en que Charlot transporta la bandeja con el pato. Además, encontramos planos
con algo de simbolismo, por ejemplo el primer plano del reloj, que representa
el paso del tiempo y cómo la sociedad va evolucionando a pasos agigantados.
Otra característica de Tiempos Modernos es que es la última película de
Chaplin en que aparece Charlot, personaje que había alcanzado un gran éxito en
el cine mudo. Recurriendo a pocas palabras y a efectos sonoros, tomó como
referentes a dos títulos tan diferentes como importantes: "Para nosotros la libertad" (1931) de René Clair y el monstruo
germánico "Metrópolis" (1926)
de Fritz Lang, influencia que se puede observar en escenas de corte futurista
en la fábrica.
Así René Clair afirmó: «El cine
hablado no es lo que nos asusta, sino el deplorable uso que nuestros
industriales van a hacer de él».
Pese a que cuando se rodó la película
ya era técnicamente posible darle voz al protagonista (en aquella época el cine
sonoro se impuso en Hollywood), Chaplin decidió no hacerlo. El cine mudo utilizó
diferentes recursos que permitieron al espectador seguir la historia: la
introducción de breves textos explicativos y la actuación de los actores.
Sin embargo, sí introdujo música, voces
provenientes de radios y altavoces así como la sonorización de la actividad de
las máquinas. La letra de la canción en la secuencia del camarero, conocida como Titina, está formada por una serie de palabras ininteligibles o
tomadas de varios idiomas, se trataba de una burla al cine sonoro.
El final posee un aire esperanzador, emarcado
gracias a la excelente música que entona la canción “Smile” justo cuando Charlot
consigue que la chica sonría.
Para la composición musical Chaplin
contó con la colaboración de Alfred Newman. La música es un elemento primordial
para las películas mudas, pues ayudan a transmitir mucho más a la imagen, en el
caso de Chaplin demuestra, además, su gran capacidad artística al ofrecer
piezas musicales aún hoy inmortales, de hecho el tema “Smile” es todo un
clásico que enamoró a artistas de la talla de Michael Jackson.
Al final de la película Charlot ya no
está sólo en la lucha por la supervivencia, sino que tiene una compañera, y
esta parece ser la única esperanza que nos propone: la desaparición de la
soledad, porque sabiendo lo difícil que es cambiar las condiciones políticas no
nos queda otro refugio que cambiar nuestra vida privada, porque la vida no es tan
difícil si nos tenemos el uno al otro para superar las adversidades…
Por lo tanto, el autor consiguió
convertir su obra en atemporal, porque, al contrario de lo que parezca, trata temas que están vigentes hoy en día (corrupción
política, paro, pobreza, desesperanza en el futuro), de cómo el capitalismo que
se ha encargado de inducirnos y hacernos creer en el consumismo para que la alienación del hombre frente a las
máquinas no cese nunca.
Por último, os dejo un fragmento que nos muestra una forma de organización de la producción industrial como es el fordismo, es decir, la aplicación de la cadena de montaje de Henry Ford a la película.
Khrystyna Kinson Botey
1º de Periodismo
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